- Clonaciòn
- Modificaciòn genetica
- Sobrevivencia In Vitro de embriones ovinos congelados convencionalmente preparados para transferencia directa.
miércoles, 12 de mayo de 2010
ZOOTECNOLOGIA
CLONARON EN CHASCOMÚS UN TORO CAMPEÓN
Ciruelo, el ternerito clonado, con dos de sus cuidadores (Foto: Gentileza Iib-Intech)
Ciruelo es un ternerito de ojos dulces y ánimo juguetón, casi como todos. Con poco más de dos semanas de vida, toma ocho litros de leche enriquecida con vitaminas y crema por día. ¡Y engorda un kilo cada 24 horas!
Pero hay una diferencia: Ciruelo no nació de una vaca servida por un toro ni por inseminación artificial... Es la copia idéntica de un animal premiado por la Sociedad Rural, obtenida por clonación. El primer bovino clonado en el país en una universidad nacional, y el primero del mundo de la raza Brangus.
El logro, un avance tecnológico de alto nivel, fue alcanzado por investigadores del Laboratorio de la Reproducción en el Instituto de Investigaciones Biotecnológicas del Instituto Tecnológico de Chascomús (IIB-Intech), perteneciente a la Universidad de San Martín y el Conicet.
La historia comenzó hace alrededor de dos años, cuando Rodolfo Ugalde, jefe del equipo de científicos que llevarían adelante la tarea, le planteó este desafío a su becario Adrián Mutto. "Me dijo que había productores interesados en clonar animales de alto valor genético y me preguntó si estábamos en condiciones de hacerlo -recuerda Mutto, licenciado en biotecnología que la semana próxima recibirá su título de doctor-. Con los veterinarios Germán Kaiser y Nicolás Mucci no dudamos en decirle que sí."
La conveniencia de semejante operación, dice Mutto, es fácil de comprender: si todo sale bien, en lugar de tener un macho de 300.000 pesos o una hembra que produce 20 embriones por temporada, uno tiene dos de cada uno.
En este caso, el toro fundador proviene del Centro de Inseminación Artificial La Elisa y de la empresa ARG Natural Beef. Ellos financiaron el proyecto, que costó unos 150.000 dólares, y la universidad puso el conocimiento.
En 2007, los científicos fueron hasta un campo del Chaco y tomaron muestras de alrededor de un centímetro de diámetro de células de la oreja de machos y hembras campeones elegidos.
Una vez realizado el cultivo primario, guardaron los fibroblastos (células del tejido conectivo) en un tambor de nitrógeno líquido, a 196 grados bajo cero. "A esa temperatura pueden mantenerse años", acota Mutto. Y enseguida agrega: "Cuando decidimos usarlas, las descongelamos, las volvimos a la temperatura normal de los bovinos (que es de 38°5) y quedaron stand by esperando la clonación".
NACE UN MONO TRANSGENICO EN JAPON
Calificado como un hito por Gerald Schatten y Shoukhrat Mitalipov del Pittsburgh Development Center y del Oregon Stem Cell Center, el nacimiento de este mono tití es el resultado de una investigación anterior que involucró la inserción en embriones de titíes un virus modificado que se traducía en la generación de una proteína fluorescente en la piel.
Esta proteína es la encargada de generar el efecto fluorescente que apreciamos en las fotografías de aquí debajo. Lo novedoso es que uno de estos monos tuvo cría, y la proteína se ha presentado en uno de sus hijos.
Este hecho no tiene precedentes en genética, pues se trata de la primera modificación transgénica hereditaria que se transmite naturalmente, algo que podría suponer importantísimos avances para la humanidad.
Obviamente hacer que los monos tengan piel fluorescente no significa nada para la humanidad; sin embargo, con estas técnicas se podría crear animales que nos permitirían por ejemplo conocer el comportamiento de enfermedades incurables o salvar especies en peligro a través del experimento con ellas, volviéndolas más resistentes.